En un mundo que cada día parece más convulsionado, es fácil sentir curiosidad por lo que no podemos ver, por lo desconocido, lo oculto. Para muchos, este interés se traduce en la búsqueda de respuestas en el plano espiritual, lo que en sí mismo no es malo, pero cuando esta búsqueda se convierte en la práctica de rituales y conexiones imprudentes con otras dimensiones, los peligros son muy reales. Como médium y clarividente, he visto los efectos devastadores que pueden tener los juegos espirituales y rituales mal guiados en las personas. Desde invocar entidades sin comprender los riesgos, hasta caer en la tentación de usar prácticas espirituales con fines negativos, son acciones que pueden abrir puertas hacia dimensiones peligrosas como el bajo astral. Este es un plano que conecta nuestro mundo físico con una realidad mucho más oscura, y cualquier contacto no controlado con estas energías puede desencadenar resultados nefastos.

Muchos subestiman las consecuencias de estas prácticas o las ven como «juegos», como es el caso de la Ouija o el mal llamado «Juego de la Copa», pero no son inofensivos. A través de ellos, podemos atraer a entidades del bajo astral, seres que durante su vida física cometieron actos terribles y que, al no haber seguido el camino hacia la Luz tras su muerte, permanecen atrapados en esta dimensión de sufrimiento y oscuridad.

¿Qué es el Bajo Astral?

El bajo astral es un plano dimensional que conecta nuestro mundo físico con el espiritual. Es una especie de dimensión intermedia donde se manifiestan las energías más bajas y destructivas. Este lugar alberga entidades espirituales que no han seguido el camino hacia la Luz después de su muerte física.

¿Por qué algunas almas no llegan a la Luz? Las razones son variadas, pero generalmente están ligadas a emociones negativas que las atan al mundo físico. Por ejemplo, personas que en vida fueron asesinos, violadores, o cometieron actos atroces, quedan atrapadas en el bajo astral, envueltas en un torbellino de odio, ira y confusión. Estas entidades buscan satisfacer sus deseos más bajos y, a menudo, intentan hacerlo a través de los vivos, actuando como parásitos espirituales.

Además, no solo aquellos que han cometido crímenes terribles terminan en esta dimensión. Algunos espíritus no aceptan su partida, ya sea por un apego excesivo a la vida material o por emociones como el remordimiento, el odio o incluso un amor desmedido. Al no poder seguir su camino, quedan varados en este plano, atrapados en su propia oscuridad.

Lo que conlleva invocar energías del Bajo Astral

Existen prácticas espirituales que, sin el conocimiento adecuado, se convierten en una invitación directa a las entidades del bajo astral. Muchas veces, la gente realiza rituales sin tener idea de las puertas que están abriendo, lo cual puede traer consecuencias terribles. El uso de tableros Ouija, sesiones de espiritismo sin la debida protección, o contactar a «brujos» que prometen favores rápidos a cambio de un ritual, son solo algunos ejemplos.

Estas prácticas atraen a entidades del bajo astral que, al percibir nuestra debilidad o nuestro deseo de obtener algo sin esfuerzo, encuentran un camino fácil para acceder a nuestras vidas. Al hacerlo, pueden generar una influencia negativa que va desde la mala suerte y el agotamiento energético, hasta la posesión parcial o total del individuo.

Estas entidades buscan satisfacer sus necesidades a través de la energía de los vivos, muchas veces alimentándose de nuestras emociones negativas. La ira, el odio, la tristeza profunda, la depresión, e incluso el abuso de sustancias como el alcohol o las drogas, pueden hacer que seamos más vulnerables a estas influencias.

¿Cómo nos protegemos de estos espíritus?

La mejor forma de protegernos del bajo astral y sus entidades es, ante todo, evitar las prácticas que los invitan a nuestro plano. Esto incluye alejarse de juegos como la Ouija, no buscar respuestas rápidas a través de rituales espirituales dudosos y, sobre todo, no alimentar emociones negativas que puedan atraer a estas energías. Pero además de evitar lo negativo, es vital cultivar lo positivo.

El camino hacia la protección espiritual y la paz interior radica en acercarse a la Luz. Esto implica vivir en sintonía con valores como el amor, la bondad, la generosidad y la compasión. Estas virtudes no solo nos acercan al Creador o a la Fuente de Luz, sino que nos alejan de las energías bajas que habitan en el bajo astral.

Es importante también rodearse de luz, tanto a nivel espiritual como emocional. Mantener una actitud positiva, evitar el odio, la envidia, la ira, y practicar la meditación o la oración, son formas de fortalecer nuestra energía. El autocuidado, que incluye una buena salud física, emocional y mental, también es clave para mantenernos alejados de las influencias del bajo astral.